Su nombre era Rubén, acababa de salir de la cárcel de Devoto. Le habían dado 2 años por no pagar los impuestos de gas, luz y teléfono, pese a que ya hacia rato que le habían cortado la provisión de esos servicios.
Cuando recuperó su libertad Rubén tenia una idea muy clara, hacer pagar a todos aquellos que le habían hecho perder 739 días en “cana”. Pese a que muchos eran responsables por el desafortunado desencadenante, el encierro del pobre hombre, se decidió por quitarle la vida a las principales autoridades de las empresas que lo llevaran a su martirio.
Lo que aportó a un mayor deseo de venganza por parte de Rubén, fue el que al día siguiente de haber sido liberado, se comprobó que era inocente. Se demostró que había pagado todas las cuentas que se reclamaba que abone y por las cuales había sido encarcelado. Pese a que podría haber recibido una buena indemnización de las tres empresas, por las daños y perjuicios que le habían generado, no dudo dos veces en seguir con lo que tenía pensado hacer.
Esa misma noche le quitó la vida a todos aquellos que deseaba y por la mañana de la jornada siguiente ya eran noticia de tapa los asesinatos que había cometido.
Se marchó a Bolivia para evitar que la Justicia lo encontrara, igualmente nunca se sabría quien había sido el autor de “La masacre de los servicios”
Cuando recuperó su libertad Rubén tenia una idea muy clara, hacer pagar a todos aquellos que le habían hecho perder 739 días en “cana”. Pese a que muchos eran responsables por el desafortunado desencadenante, el encierro del pobre hombre, se decidió por quitarle la vida a las principales autoridades de las empresas que lo llevaran a su martirio.
Lo que aportó a un mayor deseo de venganza por parte de Rubén, fue el que al día siguiente de haber sido liberado, se comprobó que era inocente. Se demostró que había pagado todas las cuentas que se reclamaba que abone y por las cuales había sido encarcelado. Pese a que podría haber recibido una buena indemnización de las tres empresas, por las daños y perjuicios que le habían generado, no dudo dos veces en seguir con lo que tenía pensado hacer.
Esa misma noche le quitó la vida a todos aquellos que deseaba y por la mañana de la jornada siguiente ya eran noticia de tapa los asesinatos que había cometido.
Se marchó a Bolivia para evitar que la Justicia lo encontrara, igualmente nunca se sabría quien había sido el autor de “La masacre de los servicios”
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